lunes, 2 de diciembre de 2019

Francisco Javier en Yamaguchi


La increíble historia de Savieru, el misionero navarro que conquistó Japón hace casi 500 años
Yamaguchi, una desconocida capital de provincia al oeste del país asiático, sigue profesando a san Francisco Javier un cariño muy especial. Y lo ha convertido en uno de sus reclamos turísticos y culturales
La pagoda de Ruriko-ji que vio San Francisco Javier en el siglo XVI a su llegada a Yamaguchi.
Yamaguchi es una capital de provincia al oeste de Japón, enclaustrada entre verdes montañas y sobre una bolsa de aguas termales. Los baños, muchos de ellos públicos y gratuitos, son uno de los motivos de orgullo de la población local. El otro es Savieru, como aquí pronuncian el nombre de Francisco Javier, santo navarro, precursor de la Compañía de Jesús y célebre misionero en la Indias. Tan célebre es Savieru en Yamaguchi que tiene iglesia propia, estatua y museo.
La pregunta es: ¿qué tiene que ver una ciudad japonesa de mayoría budista-sintoista con un santo católico y español?
Familia local de Yamaguchi, en la iglesia de San Francisco Javier.
San Francisco Javier, el Apóstol de las Indias, llegó a Japón el 15 de agosto de 1549 después de haber fundado varias misiones en India y las islas Molucas. Entró por Kagoshima, pero sus primeros intentos de cristianizar a los nipones no tuvieron mucho éxito. Pensó entonces entrevistarse con el emperador, con la idea de que si lo convertía al catolicismo el pueblo le seguiría. Se puso en marcha hacia Kioto, entonces capital imperial, pero las guerras internas y la inseguridad de los caminos impidieron su empresa. Finalmente, encontró cobijo en Yamaguchi, donde el señor feudal del clan de los Ouchi, filántropo, mecenas y hombre librepensador (dentro del angosto significado de ese termino en aquellos lejanos tiempos) lo acogió y le permitió ejercer su ministerio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario